sábado, 14 de agosto de 2010

Tipos de pisadas

Según el tipo de pisada podemos encontrar tres tipos: Neutro, Supinador y Pronador.

En este informe te mostramos cuales son esos tipos de pisada, para que puedas identificar a cual grupo perteneces.

Pronador (o Hiper-pronador):

La pronación se refiere a un movimiento hacia el interior. El despliegue empieza por el exterior como siempre, pero rápidamente bascula hacia el interior, y lleva el peso del cuerpo sobre el borde interno del pie. El movimiento finaliza sobre el dedo gordo del pie de una manera muy marcada. En caso de pronación muy marcada el ataque al suelo se puede hacer directamente por el interior del talón, pero eso es muy raro.

En la hiperpronación, después de que el talón contacta el piso por su lado externo, el tobillo realiza el movimiento de pronación, sin embargo, es muy común que los tobillos de muchos atletas realicen este movimiento en exceso. Cuando esto sucede sobre todo en el primer apoyo, es común que la bóveda plantar se colapse en exceso, observándose como el corredor pisa en exceso hacia adentro.

Con el uso frecuente y con la cantidad de kilómetros las zapatillas se van deformando hacia sus lados internos, especialmente cuando el calzado deportivo carece del diseño y de los aditamentos específicos para corregir o paliar dicha alteración. Como el movimiento de giro o rotación interna del tobillo se da en exceso, además de colapsar de más la bóveda plantar, la pierna también es torcida excesivamente, promoviendo a que la rodilla se salga de su alineación normal con respecto a la pierna, hacia abajo, y con respecto al muslo, hacia arriba.

Por lo tanto, esta alteración es la generadora de una gran cantidad de lesiones en los corredores. Es decir, esta alteración se considera como tal cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, describiendo un ángulo menor a 90°.

Pero surge algo importante. No todos los atletas sobrepronan en la misma intensidad. Es decir, algunos deportistas presentan sobrepronación muy leve (casi imperceptible) o leve, existen los casos de sobrepronación moderada y algunos atletas logran deformar marcadamente sus tenis hacia adentro, definiendo una sobrepronación severa. Todo radica en el grado de desviación interna mostrado por el calzado deportivo en un análisis biomecánico o en forma sencilla, al observar el desgaste y deformaciones de las zapatillas usadas.

Y los síntomas causados por la sobrepronación son así de variados. Se dan los casos de corredores con sobrepronación leve que padecen infinidad de dolencias y lesiones en los pies, piernas, rodillas etc., hasta aquellos que con una gran deformación interna de su calzado (y por lo tanto, son sobrepronadores severos), nunca han padecido de dolores o lesiones significativas. De ahí la importancia de señalar que muchos corredores tienen un estilo específico de pisada y además presentan un cierto grado de sobrepronación y por lo tanto, requieren de unos cuantos modelos de zapatillas que tengan los aditamentos y diseños específicos para corregir X grado de sobrepronación.

La sobrepronación, cuyos efectos más negativos se generan en la fase del primer apoyo (aunque también se manifiesta en muchos casos en el segundo apoyo e inclusive durante la fase de despegue), según las estadísticas de los especialistas es una alteración muy común. Aproximadamente entre un 50%-60% del total de la población de corredores padece algún grado de sobrepronación.

Supinador:

En este caso el pie gira según su eje longitudinal, hacia su exterior. El borde interno del pie tiene tendencia a elevarse mientras que el externo se aplasta baja el peso del cuerpo. El despliegue empieza sobre la parte externa del talón, pero enseguida en vez de evolucionar hacia el interior, se prolonga por el borde externo del pie para finalmente volver hacia el interior en la fase final.

Los tobillos no tienen la fuerza requerida para ejecutar el movimiento de pronación, provocando entonces que los pies continúen supinando en los siguientes pases de apoyo sobre el suelo. Al no pronar, los pies no pueden amortiguar de manera natural el impacto, y esto a su vez repercute nuevamente en las rodillas y otras partes de su cuerpo. Esta alteración recibe también el nombre de débil pronación, ya que designa a aquellos tobillos que no tiene la fuerza suficiente para realizar el movimiento de pronación. Por lo tanto, la débil pronación queda definida cuando el eje del talón (la línea sobre el calzado) también pierde su perpendicularidad con respecto al suelo, pero ahora describe un ángulo mayor a 90°.

Esta alteración es poco frecuente, aproximadamente el 10% del total de corredores son supinadores, y a menudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona externa del talón. Los supinadores comprimen y desgastan sus zapatillas a todo lo largo de los bordes externos y no sólo en la zona del talón.

Neutro (apoyo del Pie Universal):

Un corredor con apoyo universal (o neutro) comienza el movimiento de desarrollo de la pisada por el exterior del talón. Antes de llegar al suelo, el pie se inclina hacia el exterior. Cuando interviene el contacto, la punta del pie está todavía dirigida hacia fuera, los dedos están alzados. Esta primera fase dura unos 30 milisegundos.

Rápidamente el apoyo progresa hacia delante e interior del pie. En este momento la tensión de la bóveda plantar aumenta. En carrera lenta, el paso de atrás hacia delante del apoyo tarda unos 100 milisegundos.

Cuando el apoyo llega a la parte delantera, continúa el movimiento de despliegue del exterior hacia el interior. La fuerza final la da principalmente el dedo gordo. En el último momento, puede abrirse nuevamente hacia el exterior. La fase de propulsión dura asimismo unas 100-120 milis segundas.

En total el despliegue del pie en el suelo durante la carrera lenta habrá durado en total 1/4 de segundo. A mayor velocidad, este tiempo disminuye. Aparte de ello, un corredor elástico queda menos tiempo en el suelo que un corredor que no lo sea (a igual velocidad).

En el caso particular de la carrera, la manera de beneficiarse de la energía elástica consiste en limitar el impacto sobre el talón y tender hacia un apoyo en la planta del pie. En este caso, la bóveda plantar y el tendón de Aquiles podrán intervenir en la restitución de la energía.

Se considera que al menos un 40% de los corredores presentan este apoyo.

Variaciones de la huella y su estudio:

Sin embargo, la evidencia ha demostrado que muchas veces los pies en posición estática pueden comportarse en forma totalmente distinta al estar en movimiento, ya sea descalzos y por su puesto, al desplazarse durante la carrera. Se dan los casos de que un par de perfectos pies normales en posición estática pueden transformarse en pies planos durante la carrera; o los pies cavos en posición estática, pueden cambiar a pies normales y en ocasiones hasta en pies planos durante la carrera. Por lo tanto, la huella plantar únicamente nos da una primera aproximación de lo que puede esperarse del mismo pie pero sin movimiento.

De aquí la importancia que la exploración de los pies de un atleta se realice tanto en posición estática como en movimiento (si es posible, corriendo), revisando además su historial de lesiones y analizando a su vez los desgastes, deformaciones y alteraciones del calzado deportivo usado, ya que las zapatillas usadas muestran en forma fidedigna lo que le ocurre a los tobillos y los pies del deportista durante la acción deportiva. Al tomar en cuenta todos estos elementos, el diagnóstico acerca del tipo de pisada de cada atleta será más preciso.